Este fenómeno coincide con el solsticio de verano y los días anteriores y posteriores al mismo. Durante el ataradecer, los rayos del sol entran por la cuarta puerta (de Este a Oeste). Uno de ellos en forma de flecha debido al efecto de perspectiva que hace la puerta. Estos recorren el suelo de la cueva hasta alcanzar la pared sudoriental de ésta, llegando a tocar una pequeña cazoleta situada en la esquina justo antes de ponerse el sol por detrás de las montañas.

Juan Carlos Gil Cabrera, de la Agrupación Astronómica de Gran Canaria y gran amante de la cultura aborigen de Gran Canaria, nos explicó que el motivo por el que se piensa que los antiguos canarios se tomaron el esfuerzo de cabar una cueva en la roca, alinearla con el recorrido del sol el día que se encuentra en su posición más perpendicular y construir unas puertas a través de las cuales se cuele la luz, se debe a que tenían la necesidad de construir un calendario. Los canarios necesitaban saber en qué momento del año se encontraban para decidir los momentos óptimos para la siembra del grano, para la recogida de los frutos, etc.

Este yacimiento no tiene desperdicio. Además de esta cueva sagrada, cuenta con un almogarén en la cima de la montaña y con un conjunto de cuevas muy interesantes en la parte sur.