Entre el conjunto de maquinaria destinada a facilitar las labores del campo, merecen un capítulo especial las trilladoras mecánicas. La llegada de este tipo de artilugios mecánicos a las Islas Canarias fue tardía. Además, adquirir una de estas máquinas suponía un desembolso económico importante para el agricultor isleño.
La isla de Gran Canaria conserva escasos ejemplos dignos de mención, a diferencia de Tenerife donde se concentra la mayor parte de trilladoras debido a la importancia que adquirió el cultivo de cereales, especialmente en la comarca de Los Realejos o San Cristóbal de La Laguna.
La función de la máquina es separar el grano de la paja, limpiarlo de otras impurezas y clasificarlo. La alimentación de la trilladora la realiza el campesino situándose en la parte superior de la misma, cargando la hierba en el interior de la boca. Una vez en el recogedor, la paja corre sobre los bastidores, los cuales adquieren un movimiento vibratorio por medio del árbol de manivela. Las pequeñas suciedades y los granos llegan a través del batidor al tablero y, desde allí al tamiz de madera de la caja cribadora. Mientras el grano sucio cae en los tamices, el viento, procedente del ventilador, arroja de la caja el polvo. Un fino tamiz deja pasar las semillas de malas hierbas y la arena, que son expulsadas lateralmente, mientras que el grano puro llega al elevador, desde donde es conducido al desgranador. Finalmente, el producto que corre sobre los diferentes tamices llega a través del canal al tablero, seleccionándose en varias clases que caen en sacos situados en el extremo inferior.
Esta trilladora está ubicada en la finca de Emilio Suárez Fiol, Decano del Cuerpo General de La Armada y con vinculación especial al mundo Naval, que la adquirió del Marqués del Buen Suceso en los años 40 del siglo pasado.
Situada en el barrio de Las Vegas, en Valsequillo, fue traída directamente de la fábrica Ajuria (Vitoria), una de las industrias especializadas en maquinaria agrícola señeras en nuestro país. Corresponde al modelo 0, que se comercializa a partir de 1927 por la empresa vasca. Fue restaurada en el año 2019 con motivo de la exposición Fábrica de Recuerdos. Memoria de la Industria en Canarias, celebrada en el Centro de Arte La Regenta (Las Palmas de Gran Canaria, 2019),