Esta imagen de vestir o de candelero representa la advocación mariana de Santa María de Guía. Las imágenes de vestir son piezas escultóricas en las que el artista talla y policroma el rostro y los brazos o las manos mientras que la parte del busto queda sin tallar. A este busto se le añade a la altura de la cintura, un armazón en forma de esqueleto troncónico formado por tablones de madera. Este armazón se forra con telas encoladas de manera que se facilita el dar forma a los cuerpos de las imágenes que luego van a vestirse con trajes y mantos.
La Virgen de Santa María de Guía aparece vestida de manera suntuosa, con traje manto y un rostrillo de manera que el espectador sólo puede contemplar su rostro y sus manos. Sobre su cabeza lleva una corona sobredorada y dos rosarios en su mano derecha. Su aspecto cambia radicalmente al verla sin sus ropajes, ya que no sólo sus dimensiones son más reducidas, sino que gana en sencillez y delicadeza.
El candelero está cubierto por unas telas encoladas que hacen la forma de un traje donde se aprecian decoraciones a base de pequeñas flores de colores. Esta pieza escultórica está fechada en el siglo XVII. En el inventario de 1602 se habla de una primitiva imagen de la Virgen de Guía colocada por el fundador Sancho de Vargas Machuca que se veneraba en el Altar Mayor de la Iglesia, pero también se nombra una imagen de vestir con la advocación de la Virgen de Candelaria traída desde Génova por la familia Riverol.
En 1606 esta imagen de vestir aparece situada en el Altar Mayor y es en 1615 cuando pasa a convertirse en la advocación de Santa María de Guía. Se afianza como imagen principal y titular de la Iglesia desde el año 1626. Los Riverol habían intervenido en la Conquista de Lanzarote y Fuerteventura y, al igual que otras familias pudientes que llegaron a las Islas Canarias, traían consigo sus advocaciones y también sus propias imágenes religiosas. En este caso, inicialmente esta pieza era la representación de la Virgen de Candelaria que es una de las advocaciones más veneradas en las islas. La imagen del Niño Jesús que lleva en su mano izquierda no es de la misma época que la Virgen, sino que está fechada en el siglo XVIII. A diferencia de la Virgen es una escultura de bulto redondo completamente tallada pero que se utiliza como imagen de vestir. Tradicionalmente se viste con los mismos colores de la Virgen y lleva una corona similar sobre su cabeza. No existe documentación alguna que nos hable del autor de esta pieza, pero se aprecian importantes similitudes estilísticas con el Niño Jesús de la Virgen de la Gracia, obra del escultor palmero Marcelo Gómez Carmona fechada en 1740 y venerada en la Iglesia de San Agustín de Las Palmas de Gran Canaria.
Durante todo el año la imagen se encuentra en el camarín de la Virgen rodeada por un sol de plata, pieza de orfebrería estrenada por primera vez en su festividad de agosto de 1793, mientras que a sus pies lleva una pieza en forma de luna, también de plata, fechada en 1731, pero es una pieza que sale en procesión todos los años en el día 15 de agosto. Hasta inicios del siglo XIX la Virgen salía en procesión bajo palio, pero a partir de 1955 sale en un trono o baldaquino de plata donde se colocan el sol y la luna de plata que enmarcan a la Virgen. Este baldaquino se inauguró́ en 1955 y fue financiado por Don José Samsó Henríquez.
El camarín de la Virgen es una habitación a la que se tiene acceso mediante una escalera desde una puerta situada en la Capilla del Dulce Nombre de Jesús o desde la zona de la Sacristía. Se concibió como el lugar de residencia de la Virgen Santa María de Guía, pero también es un lugar donde se custodian otros objetos, como orfebrería, ropa litúrgica, estandartes y piezas pictóricas y escultóricas de diferentes épocas. Las obras del camarín se iniciaron en 1961 con licencia del Obispo Don Antonio Pildain y Zapiain y se inauguró el 21 de mayo de 1972. Fue una obra promovida por el párroco Bruno Quintana Quintana, cuya decoración ecléctica es una mezcla de influencias del arte mudéjar, la profusión del Barroco y aires italianizantes en algunas piezas escultóricas.