RUTA DEL AZÚCAR. El 'oro blanco' de Gran Canaria.
La industria del “Oro Blanco” se convirtió tras la conquista en 1483, en la principal actividad agraria en Gran Canaria y en la más destacada industria de exportación del Archipiélago del siglo XV y XVI.
Los objetivos de la implantación de los cultivos de la caña de azúcar en Gran Canaria fueron abastecer a la población de bienes como los cereales, viña y ganado, e implantar un cultivo de exportación.
Las zonas de cultivo fueron dotadas de infraestructuras para abastecerse de las aguas procedentes de las medianías de la isla, como acueductos y acequias, caminos para facilitar el transporte desde el cañaveral al Ingenio y por supuesto la construcción de ingenios azucareros para la producción del bien, y que hoy conforman el característico paisaje cultural de la Isla.
Las inversiones extranjeras desde Génova, permiten financiar estas explotaciones, cómo veremos en ejemplos como el del Ingenio Azucarero de Las Candelarias en Agaete. También las reparticiones de tierras tras la conquista, hacen posible configurar la red de ingenios que conformó este importante comercio, ejemplos de ellos los encontramos en municipios como Arucas, Las Palmas de Gran Canaria o Telde, destacando de este último los emplazados en la zona denominada como “Los Picachos”.
Las relaciones socio-económicas en torno al tráfico del azúcar en Europa, propiciaron la importación de productos manufacturados, como las armas, artículos de mercería, cobre y herrajes, papel, quincallería, aceite, jabón y muebles, y objetos suntuarios, devocionales o de uso litúrgicos de gran relevancia histórico-artístico, encargados para dotar los templos y capillas privadas. Ejemplos de estos últimos cómo el Retablo de la Vida de la Virgen e Infancia de Cristo en San Juan de Telde, el Retablo de María Fernández Calva, conocidas como las Tallas Flamencas de Era de Mota en Valsequillo o el Tríptico de las Nieves en la Iglesia de la Concepción en Agaete.