Valsequillo es uno de los municipios de demarcación más joven de Gran Canaria, con una denominación hispana que deriva del término "valle" y que, con algunas variantes, se repite en otros lugares de las islas. Su origen se relaciona con un almogarén o lugar de culto de Telde, ciudad a la que permaneció vinculado hasta principios del siglo XIX.

Un factor fundamental que condicionó el devenir de Valsequillo fue su cercanía a Telde, a cuya comunidad histórica pertenece y estuvo directamente unida en la época prehispánica y en la posterior. En relación con la singular importancia de la Ciudad de los Faycanes se vincula una de las leyendas de los orígenes relativos de Valsequillo, relacionado con un almogarén o lugar de culto de los canarios que fue conocido por el nombre de "Sepultura del Colmenar". Este sitio sería el elegido para levantar la primera ermita del lugar en el siglo XVII.

De su patrimonio arquitectónico destaca la iglesia del arcángel San Miguel, que concentra en su entorno la parte más interesante de la localidad, caracterizada por ser un lugar de cruce de caminos. También es reseñable el Cuartel de Colmenar, vinculado a los ascendientes de Benito Pérez Galdós.

San Miguel Arcángel fue el santo escogido para la primera iglesia ubicada en Valsequillo y que fue bendecida el 15 de septiembre de 1672 por el canónigo Mateo Tello y Casares, quien la construyó en un solar que había ofrecido Simón Pérez Suárez. Esta devoción ya tenía destacados antecedentes en Canarias, especialmente en Tenerife y La Palma, islas de las que es patrón. En Gran Canaria tendrá su principal centro de veneración en Valsequillo.

Durante cierto tiempo el núcleo no prosperó demasiado, predominando la dispersión de las viviendas, entre ellas algunas casas cueva. A pesar de contar con capellán en 1790, Valsequillo permaneció vinculado a Telde hasta principios del siglo XIX, con el aporte espiritual de los monjes franciscanos que, desde el siglo XVII, periodo en el que se instalaron en la ciudad, también atendieron a la que entonces era la parte alta de la jurisdicción teldense. Entre los años 1727 y 1735 se levantó la ermita de San Roque, en el Valle, fundada por el clérigo José Marín y Cubas. Por fin, en 1800 la ermita de San Miguel es elevada al rango parroquial y Valsequillo adquiere jurisdicción propia, que años más tarde se completa con la constitución de su ayuntamiento.

El actual edificio de la iglesia de San Miguel Arcángel se estaba trabajando en 1900 y mantiene unas líneas academicistas con elementos neogóticos, algo desdibujadas por la retirada indiscriminada de los encalados. En torno a ella giran importantes manifestaciones, tales como la presencia en su interior de la "pila verde", la primitiva de la parroquia matriz de San Juan Bautista de Telde, o algunas obras de Luján Pérez, entre ellas la imagen del santo patrón. También vinculado al arcángel son las fiestas principales y, en especial, la celebración de "la suelta del perro maldito", al que alude la folía popular: "La noche de San Miguel / a tu ventana toqué / no te abro, está suelto / el perro de San Miguel". De gran raigambre en la isla es su conocido "rancho de ánimas".

Cerca de la iglesia, junto al barranco de San Miguel, se encuentra el otro monumento destacado de la localidad, el Cuartel del Colmenar. Esta curiosa construcción está vinculada a los ascendientes del novelista Benito Pérez Galdós por los cargos militares que allí ejercieron.

Otros edificios religiosos son la ermita de San Juan de Tenteniguada, bendecida en 1917, y el oratorio de Nuestra Señora de la Salud en Era de Mota (1885), que albergaba cinco pequeñas esculturas flamencas, actualmente ubicadas en la biblioteca municipal y que pasaron a Valsequillo procedentes del desaparecido retablo de San Bartolomé (Basílica de San Juan, Telde). Por la dispersión del municipio, es posible encontrar ejemplos de arquitectura popular en diferentes pagos, como Era de Mota, Las Vegas, Lomitos de Correa o Tenteniguada.