La vela latina representa un bien inmaterial dentro del Patrimonio etnográfico de Gran Canaria, por lo que fue declarado BIC a través del Decreto 43/2016 del 25 de abril de 2016.
En Gran Canaria la Vela Latina adquiere características especiales, debido a la presencia británica y su vinculación con el deporte náutico, a la intensa dinámica comercial del entorno portuario de ciudad y -en especial- a la figura del cambullón como intermediario entre las embarcaciones fondeadas en la bahía y tierra. Pero es fundamental la adaptación a las condiciones de los vientos en dicha bahía, especialmente en la navegación entre el Refugio y el Muelle de Las Palmas, donde las embarcaciones unían los barcos fondeados en el Puerto con el Muelle de Las Palmas -situado en la zona del actual Parque de San Telmo-, imponiendo el sistema de “ceñida” o “contra el viento”, que es la forma en la que se navega en la Vela Latina. Las principales características de este deporte es que la navegación se desarrolla de sur a norte, siempre en la misma ruta y con aparejo latino. En relación con la embarcación, las velas son muy grandes, lo que obliga a los tripulantes a un esfuerzo continuo. Las regatas suelen llevarse a cabo los fines de semana, entre marzo y octubre, saliendo de la Marfea, en la zona del túnel de La Laja, hasta las inmediaciones del Muelle Deportivo, dentro del Puerto de La Luz y de Las Palmas. Existen tres modalidades de competición: Las denominadas "pegas", que son regatas bote contra bote, y forman parte en su conjunto el Campeonato Insular. El "torneo eliminatorio", donde se eliminan embarcaciones en cada regata, hasta que solo quedan tres en la regata final. Los "concursos", regatas donde hay que pasar obligatoriamente entre unas balizas caladas, cerca de la costa. Estos “concursos” puntúan para el cómputo global de final de temporada.