La insularidad y los condicionantes ecológicos de Gran Canaria determinaron una gran producción de sal marina a finales del siglo XIX y mediados del XX, llegándose a contabilizar, aproximadamente, un total de 30 unidades.
En las estructuras salineras tradicionales hay que distinguir dos modelos: las salinas sobre roca localizadas en la costa Norte, de rendimiento muy limitado para el autoabastecimiento; y las salinas de barro (uno de los valores etnográficos más importantes de Canarias), de origen mediterráneo, donde se desarrolló una gran producción.
Las salinas de la Costa Norte
Son, probablemente, del siglo XVII y forman parte de un conjunto de seis salinas ubicadas en este litoral, siendo las de El Bufadero las que más han perdurado por su ubicación y morfología.
En este tipo de salinas primitivas se produce un doble sistema cristalizador: Muy cerca de la orilla del mar están los maretones, captadores primarios del agua en pleamar cuando las olas llegan a ellos. Aquí, aparte de captar el agua se va saturando hasta alcanzar los 10 o 12 gr., frente a los 3,6 gr. iniciales. El agua, ya más condensada se trasladaba a hombros desde los maretones hasta la mareta donde se produce la cristalización.
Las salinas de barro
En la costa del suroeste de Gran Canaria, a principios del siglo XIX, se contabilizan nada menos que diecisiete unidades salineras en producción, siendo las de Tenefé una de ellas.
Este segundo tipo de salinas presentan estructuras más extensas, llanas y de doble recipiente (concentrador-cocedero y cristalizador-tajo), que toman el agua directamente del mar por unos canales, los tomaderos, aprovechando el empuje de la marea alta y cerrándose las compuertas en la bajamar con lo que el agua va a parar a los primeros compartimentos, los cocederos. Aquí, por evaporación, el agua se va concentrando en sal, la salmuera.
Cuando alcanza el punto de concentración se pasa, a través de pequeñas acequias llamadas caños, a los tajos, cristalizadores donde la evaporación-concentración continúa hasta que definitivamente precipita la sal.
Este valioso conjunto etnográfico dispone de un edificio restaurado con almacén y antigua vivienda, donde se ha acondicionando un centro de interpretación sobre la sal.