Conocida por el sobrenombre de "Ciudad de los Faycanes", Telde constituye junto con Gáldar y Las Palmas de Gran Canaria, un lugar de profunda significación histórica para la isla, como cabecera prehispánica compartida. Su origen también se pone de manifiesto en el topónimo, cuyo significado se ha relacionado con "higo" o "higuera". De su pasado prehispánico conserva un rico patrimonio arqueológico, en el que destacan los yacimientos de Cuatro Puertas, Tufia, Barranco de Silva, La Restinga o la Montaña de las Huesas, entre otros.
Tras la conquista, Telde experimentó un rápido desarrollo convirtiéndose en la segunda población de la isla después de la capital. Además, se construyeron iglesias y ermitas que hoy forman parte de su patrimonio arquitectónico, destacando el conjunto histórico de "Barrios de San Juan y San Francisco", declarado como tal en 1981. Uno de los hechos singulares de la historia de Telde fue la creación en 1351 del primer obispado de Canarias, con carácter misional, que se denominó de la Fortuna y más tarde de Telde, con una jurisdicción que se extendía a todo el archipiélago. Este contó con cuatro obispos y desapareció al fracasar el objetivo misionero.
El lugar experimentó tras la conquista un rápido desarrollo en virtud de la riqueza de sus tierras y la abundancia de agua, convirtiéndose en la segunda población de la isla, de tal manera que desde ese momento ostenta el título de ciudad. Sus pobladores fueron de un origen muy diverso, aunque predominaron los peninsulares. Su economía se centró en el cultivo de la caña de azúcar y su explotación, con la construcción de varios ingenios. De estas posesiones, la más importante era la de Cristóbal García del Castillo, que logró conformar una gran propiedad que le permitió traer de Flandes el famoso retablo de la basílica de San Juan Bautista. Las exportaciones se hacían por varios de sus puertos, aunque el más citado es el de Melenara.
Después de la conquista, Telde fue uno de los tres lugares sobre los que descansó la evolución territorial de la isla, como núcleo matriz de la zona sur. El lugar se convirtió en distrito de repartimiento, beneficio eclesiástico, vara de justicia y alcaldía, escribanía, etc. El Beneficio de San Juan es el más antiguo de toda la isla, junto con los de Las Palmas de Gran Canaria y Gáldar. El núcleo se desarrolló en los alrededores de la primitiva iglesia del Bautista, edificada primeramente por Hernán García del Castillo y más tarde por su hijo Cristóbal. El aparato religioso se completaba con una serie de ermitas: San Sebastián, San Pedro Mártir (con hospital), Santa María de la Antigua y San Gregorio, estas dos últimas en los barrios de San Francisco y Los Llanos.
Desde el siglo XVI Telde aparece zonificada en distintos barrios: San Juan, Santa María (después llamado de San Francisco) y San Gregorio (Los Llanos o Los Llanos de Jaraquemada, por haber pertenecido a esta familia), nominados por el edificio religioso. También en la otra orilla del Barranco Real de Telde persistían los pueblos de canarios Tara y Cendro. Esto se puede apreciar en el plano que realizó a finales del siglo XVI el ingeniero italiano Leonardo Torriani, donde contrasta la trama de la parte hispanizada y la continuidad de cuevas y construcciones de piedra de carácter prehispánico. La ciudad aparece sectorizada y con permanencia de modos anteriores a la conquista, aunque en ámbitos separados. La parte más ordenada de la trama aparece en la zona de la iglesia matriz, mientras Santa María ya presenta su tejido irregular adaptado a la topografía y San Gregorio quedó fuera del plano. Los hitos más importantes son los referidos edificios religiosos, la fuente, el hospital y las plazas, destacando la de San Juan como principal, con la iglesia matriz, su posición de encrucijada de caminos y la presencia en su entorno de las viviendas más importantes.
Una de las novedades del siglo XVII fue la fundación en 1612 del convento franciscano en Santa María de la Antigua, manteniendo el nombre de la ermita, aunque en lo sucesivo el barrio será conocido por el nombre de San Francisco. Un barrio que experimentó mayor notoriedad fue el de Los Llanos, acentuando su función comercial y aumentando de población, de tal manera que en 1848 se declara parroquia la ermita de San Gregorio, que entonces superaba en población a la matriz de San Juan.
Con estos antecedentes, Telde es uno de lugares históricos más significativos de la isla, con un rico patrimonio. El conjunto histórico se declaró como tal en 1981 con la denominación de "Barrios de San Juan y San Francisco", dado que su perímetro incorporaba ambos sectores de Telde, sin embargo, el legado heredado está presente por todo el municipio. En cualquier caso, la mayor concentración monumental se encuentra en ese conjunto y tienen su monumento principal en la basílica menor de San Juan Bautista. Este edificio es resultado de un largo proceso constructivo, con aportaciones de diferentes estilos y épocas, desde el gótico y el renacimiento del siglo XVI hasta el historicismo neogótico contemporáneo. En su interior conserva un rico patrimonio mueble con algunas piezas de extraordinario valor, como la imagen michoacana del Santo Cristo de Telde o el retablo flamenco del altar mayor. En la plaza que se abre delante y a un lado se levantan varias edificaciones de interés, destacando muchas de ellas por presentar características muy marcadas de la arquitectura doméstica tradicional grancanaria, como son los balcones descubiertos de madera, anchos marcos de cantería en los huecos, gárgolas, etc. Cerca del templo matriz se encuentra la antigua iglesia del hospital de San Pedro Mártir, recuperada hace unos años y en la que se pueden apreciar distintos elementos góticos. Todo el barrio de San Juan contiene edificaciones de enorme interés como las casas Ruiz de Vergara, Castillo-Olivares, Quintana Zumbado (siglo XVII), León y Joven en la Plaza de San Juan y Arrocha (ambas del siglo XVIII), Casa Parroquial, etc.
El barrio de San Francisco se caracteriza por su trazado irregular y el predominio de una arquitectura más popular que la propia del barrio de San Juan, con varias viviendas de tejas que se van adaptando a la topografía, más accidentada que en el centro de la ciudad. Su edificio más destacado es la iglesia de San Francisco (originalmente dedicada a Santa María de La Antigua), de dos naves y con espadaña en la fachada. Posee un encanto especial en sus calles y plazas, especialmente en las aledañas a la iglesia, donde está la antigua capilla del Calvario, y en el "árbol bonito", gigantesco y frondoso laurel de Indias que constituye uno de los rincones más bellos. Desde San Francisco se pueden observar bonitas panorámicas de los alrededores, especialmente de los populares barrios de Tara y Cendro. En el barrio de Los Llanos se encuentra la iglesia neoclásica de San Gregorio, de tres naves y piezas artísticas de interés. En las afueras de la ciudad se localizan otros bienes, como la ermita de San José de las Longueras y la Torre de Gando.
Telde también posee un destacado patrimonio etnográfico, con ejemplos tan conocidos como su puente de los siete ojos o Los Picachos. De sus fiestas históricas destacan las de San Juan Bautista, el Santo Cristo de Telde y las de Nuestra Señora de la Concepción, en Jinámar, también denominadas de la "caña dulce". Muy popular es la dedicada a Nuestra Señora de las Nieves, en Lomo Magullo, con la "fiesta del agua".