La actual Gáldar está directamente relacionada con la Agáldar prehispánica. Andamana y Gumidafe, reyes aborígenes, la convierten en capital de Gran Canaria al instalar allí su corte. Después, se suceden los guanartemes hasta Tenesor Semidán (convertido posteriormente en Fernando Guanarteme o Fernando de Agáldar) a quien le tocó vivir la conquista y logró la firma de la "Carta de Calatayud", que reconocía la libertad de los canarios.
Convertida en la Villa de Santiago de los Caballeros de Gáldar, la primera iglesia del apóstol fue una "casa canaria", bendecida por el obispo Frías, quien la tuvo por sede provisional de su diócesis. Tras la incorporación a la corona de Castilla, el cabildo se llegó a denominar "Concejo de Telde, Gáldar y Real de Las Palmas". A Gáldar le correspondió la cabecera del Norte con la parroquia, alcaldía y vara de justicia, escribanía, hospital, distrito de repartimiento o convento más antiguos de la zona. Incluso la Real Audiencia de Canarias ha residido temporalmente en Gáldar en dos ocasiones, en 1560 y en 1812.
Una institución influyente en lo religioso y cultural fue el convento franciscano de San Antonio de Padua, fundado en 1520. De Gáldar, en concreto del beneficio matriz de Santiago, se segregaron las demarcaciones de Agaete (1515), Santa María de Guía (1533) y Artenara (1782). En el primer tercio del XVI, ya estaban levantadas las ermitas de Santa Lucía, San Sebastián, San Antón y Nuestra Señora de la Vega, a las que se suman en el siglo siguiente las de San José de Anzofé, San Marcos, San Isidro y San José del Caidero.
Durante el siglo XVII se mantienen muchos rasgos prehispánicos con la pervivencia de los canarios y sus casas cueva. En el XVIII hay que lamentar la desaparición del "Palacio del Guanarteme" y resaltar el comienzo de las obras del nuevo templo de Santiago de los Caballeros en 1778, edificio que fue motor de la transformación urbana de su entorno, culminada en la centuria decimonónica. Ya en el siglo XIX, en 1821, se crea el Partido Judicial de Gáldar con demarcación en la mitad occidental de la isla, en 1843 se produce el lamentable episodio del asalto militar para despojarla de la cabeza de partido, en 1859 se establece la Ayudantía de Marina (desde Arucas hasta Mogán) y en 1895 se declara de interés general el Puerto de Sardina. Asimismo, en 1873 se produce el descubrimiento de la Cueva Pintada y en 1894 la reina María Cristina le concede el título de ciudad.
El patrimonio arqueológico está presente en la Villa al conservarse una parte de la Agáldar prehispánica en el parque arqueológico de la Cueva Pintada y en los recientes hallazgos de Barrio Hospital y San Sebastián. De ese mismo período, en las afueras, se conserva el conjunto troglodita de Facaracas y el yacimiento de El Agujero y La Guancha, entre otros.
Son de destacar las construcciones tanto de carácter particular como público, que conforman un patrimonio arquitectónico muy singular, en el que conviven la arquitectura tradicional, la academicista y la modernista, con un uso intensivo de la cantería de Gáldar. En cuanto al patrimonio etnográfico destacan almacenes, muelles, estanques, canteras, eras, acueductos o troneras, siendo de gran singularidad el Puente de los Tres Ojos. El centro de la ciudad fue declarado conjunto histórico en 1981 y en esta parte de la ciudad y sus alrededores se concentran los monumentos más interesantes.
En el patrimonio etnográfico de Gáldar tiene especial relevancia el habitat en cuevas presentes en muchos pagos y barrios de sus medianías. Actualmente, el conjunto troglodita de Barranco Hondo, donde se encuentra el yacimiento de Risco Caído, está declarado como Bien de Interés Cultural.
El municipio es, además, el escenario de numerosas celebraciones, como las multitudinarias fiestas mayores de Santiago de los Caballeros, documentadas entre las más antiguas del archipiélago, con la romería y la batalla de flores. En Año Santo Jacobeo acuden miles de peregrinos a ganar el Jubileo, concedido por la Santa Sede en 1965. Otras fiestas celebres son las de San José y la lana en Caideros, Santo Domingo y su rama en Juncalillo, San Isidro y su feria o San Telmo en Sardina, entre otras.